La niñas que nos faltan en la CIENCIA y la mujer que creyó que había que solucionarlo: historia del 11F

El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas, estableció un Día Internacional anual para reconocer el papel fundamental que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, a través de la Resolución A/RES/70/212, pero hasta llegar aquí, fue necesario una incesante lucha por algo, tan obvio, como que el talento no es ni de niños, ni de niñas…Y que, sin embargo, estas últimas perdían, muy pronto, la fe en si mismas.

Los datos son demoledores:Ya a los seis años, las niñas se vuelven menos propensas a asociar la brillantez intelectual con su propio sexo y tienden a rehuir las actividades que creen son para niños ‘muy inteligentes’. Aunque los primeros resultados recogidos al respecto proceden de Estados Unidos, muchas investigaciones en otros países, indican que este fenómeno es mucho más general de lo que podría imaginarse… Y se trata de una tendencia muy preocupante, ya que las aspiraciones profesionales de las mujeres se ven moldeadas por los estereotipos sociales de género. Parece claro que si se quiere un mundo más equitativo, se debe saber cuándo nacen estos prejuicios Y ¡HACER ALGO PARA EVITARLO!

Y lo cierto es que una autentica princesa decidió ¡ponerse a ello! 

Esta es la historia de la lucha de Nisreen El-Hashemite…Una princesa que lejos de, como en los rancios cuentos de antaño, soñar con coronas y príncipes azules, lo hacía con pipetas y microscopios…Y que se empeñó en que, más mujeres trabajasen con ella y como ella, ¡en la ciencia!.  

Nisreen, es de “sangre real” (se cuenta que su familia descendía del profeta Mahoma) Su abuelo, Fáysal I, había sido el primer rey de Iraq…Así que es, de verdad, una princesa de la dinastía hachemita, aunque ella nació en Kuwait, cuando su familia ya no reinaba. La niña creció entre Inglaterra y los Estados Unidos, y aprendió de su madre, su alteza El-Sharifa Fatima El-Hashemite, que era profesora de derecho islámico, que “que las personas son criadas como iguales”. Pero la vocación de la chica no fue por las leyes, sino que, desde su más tierna infancia, quería ser médica. Siempre sacaba las mejores notas en ciencias, pero según ella misma recuerda, en su entorno, la ciencia no era considerada “un lugar adecuado para una mujer”…

Sin embargo, pese a esas, digamos “resistencias ambientales”, ella terminó convirtiéndose en la primera princesa con títulos en Ciencias Biomédicas y en Medicina. Luego (y aunque al principio sus preferencias se inclinaban por la cirugía cardíaca) cuenta Nisreen que, conocer en su trabajo en el hospital a una niña con un desorden genético en la sangre, cambió sus planes y obtuvo su doctorado en Genética Humana… De hecho, desarrolló una técnica preventiva (conocida como diagnóstico genético preimplantacional de trastornos de un solo gen) que se usa en centenares de centros alrededor del mundo para identificar problemas genéticos. Luego continuo su trabajo investigador en Harvard, donde determinó de qué manera era diferente la esclerosis tuberosa si el paciente era una mujer o un hombre (algo que hoy es un requisito general en todos los procesos clínicos pero que, entonces, resultó absolutamente pionero). Su trabajo abrió las puertas nuevas estrategias de terapias y la detección temprana de varios tipos de cáncer a través de exámenes de sangre más precisos. 

Pero ni su innegable talla científica, ni su abolengo evitó que descubriera que, por el mismo trabajo, ganaba menos que sus compañeros hombres… O que conforme progresaba en su carrera, cada vez quedaban menos colegas mujeres trabajando con ella…  ¡No podía sea casualidad! y esa pérdida constante de talento femenino debía cesar: por eso, en 2007 empezó su activismo por la igualdad de género en la ciencia y la promoción de la ciencia, la tecnología y la medicina (que impulsó a través de la Royal Academy of Science International Trust, de la que es directora ejecutiva). Además, fundó la Liga Internacional de Mujeres en la Ciencia y, así, consiguió llevar su mensaje hasta la Organización de las Naciones Unidas:que LOS RETOS QUE ENFRENTA LA HUMANIDAD NO NOS VAN PERMITIR PERDER LA MITAD DEL TALENTO, los cerebros de las mujeres son fundamentales para que el progreso sea posible…Y así, en 2015, presentó una resolución a las Naciones Unidas para declarar el 11 de febrero, un día como hoy, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia..  

Desde la UNESCO dedican, cada año, este día para recordar, una vez más,cosas como que “La igualdad entre hombres y mujeres es una prioridad global, y el apoyo a las jóvenes, su educación y su plena capacidad para hacer oír sus ideas, son los motores para hacer frente a los mayores desafíos de la Agenda para el Desarrollo Sostenible (desde la mejora de la salud hasta el cambio climático)” … y por eso, el 11 de febrero es un día importante: por que ¡necesitamos a todas las niñas para seguir adelante!

Para saber más:

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia 11 de febrerohttps://www.un.org/es/observances/women-and-girls-in-science-day:

Las niñas se creen menos brillantes que los niños desde los seis añoshttps://www.agenciasinc.es/Noticias/Las-ninas-se-creen-menos-brillantes-que-los-ninos-desde-los-seis-anos

Gender stereotypes about intellectual ability emerge early and influence children’s intereshttps://www.science.org/doi/10.1126/science.aah6524ts

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